Es bueno empezar el día de ayuno poniéndose en las manos del Señor y especialmente de nuestra madre, la Virgen María, quien en los ultimos dos siglos ha pedido con mucha insistencia oración, penitencia y mucho ayuno.
Una buena oración que nos regala el padre Fr. Slavko Barbaric1 para el ayuno y que desde AyunoXti hemos ligeramente adaptado es:
Hoy me enfocaré más en Ti, sin importar todo lo que me rodea.
Presento este ayuno por las intenciones de AyunoXti, la conversión de las almas más empedernidas en el pacado del rechazo a Dios y por la paz en el mundo. Oro por todos los que están en conflicto debido a las cosas materiales que poseen y que les han cegado.
Oh, Padre, abre nuestros ojos a través del ayuno para ver y apreciar lo que nos das, lo que tenemos y consideramos un derecho e incluso despreciamos. Lamento que mi ceguera no me permita dar gracias por todo lo que tengo.
Que con este ayuno me purifiques de todos los malos hábitos, calmes mis pasiones, aumentes mis virtudes y me ayudes a amar mi cruz. Haz que con este ayuno me abra a tu misericordia desde lo más profundo de mi alma y me purifiques.
¡Oh, María, Madre mía, ¡ora por mí! Con tu intercesión y el poder de tu protección, aleja de mí hoy todo mal y todas las tentaciones satánicas. Enséñame a ayunar y a orar, para que día a día me parezca más a ti y a tu Hijo Jesús en el Espíritu Santo. Amén.
Una muy buena oración liturgica para empzar el ayuno es la que encontramos en la oración colecta del Miércoles de cenizas:
Concédenos, Señor, comenzar el combate cristiano con el ayuno santo, para que, al luchar contra los enemigos espirituales, seamos fortalecidos con la ayuda
de la austeridad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amen.
Una segunda variante es:
Al ofrecer el sacrificio de nuestro ayuno, te pedimos, Señor, que, mediante las obras de caridad y de penitencia, dominemos las malas inclinaciones y,
limpios de pecado, merezcamos celebrar piadosamente la pasión de tu Hijo para resucitar un día con Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.
Y una tercera variante es:
Que tu Gracia nos sea de ayuda, Señor, para que nuestros ayunos sean gratos a tus ojos y nos sirvan de medicina. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amen.
Notas:
1. La oración es del Fr. Slavko Barbaric, sacerdote franciscano de Bosnia-Herzegovina, reconocido por su labor espiritual en Medjugorje. Autor de varios libros sobre espiritualidad y las apariciones de la Virgen María. Su obra "Sean semejantes a mi corazón" explora cómo los fieles pueden modelar sus vidas según el corazón de Jesús, promoviendo una vida de oración profunda y conversión personal.